GerardGontor

La Ruta del Bakalao!

"WooooHooooo!!! We are the road crew- gritan, desde el pasillo del fondo, unos cuantos energúmenos que, sintiéndose aludidos en este libro y enfundados en pantalones cortos y camisetas de AC/DC, se dan palmadas unos a otros y empiezan a liar canutos y pedir cerveza. Porque en esto del Rock, inocente lector, el vicio, la depravación y los desajustes neuronales no están reservados a unos cuantos músicos o roads managers.Existe una raza de seres humanos(en su mayoría abrumadora son hombres),que, poseedores de una habilidad arcana y misteriosa de mover botones, acompañan a nuestros roqueros por los mundos de Dios. Son los técnicos que, divididos en diferentes categorías y oficios, pululan alrededor de extrañísimos aparatos, llenos de bombillitas y potenciómetros, con los que proporcionan luz y sonido al Gran Circo del Rock and Roll. Hay técnicos para el sonido que llega al público(P.A. siglas de Public Adress),hay técnicos de sonido del escenario(los llamados monitores),hay técnicos para los sagrados instrumentos (roadies),hay técnicos de luces,(luceros: no hay una palabra más grandilocuente, lo siento),técnicos para nada,(pipas: tampoco hay palabra chachi),hay técnicos grandes, hay técnicos pequeños...Que hay técnicos para todos los gustos, necesidades, manías y vicios, vaya. Pero, en definitiva, son técnicos: la carretera les ha unificado y ha dotado de un enorme corazón, una considerable capacidad de trabajo, un lenguaje propio y unos pulmones que, tras una mutación, han cambiado el oxigeno por el humo del hachis como necesidad vital. La vida que llevan estos héroes-desconocidos para el gran público-es dura. Viajan en camiones hacinados cual inmigrantes ilegales, trabajan montando y desmontando gigantescos equipos bajo el sol abrasador del desierto español y, cuando mueren, son arrojados desde el camión a la carretera envueltos en la bandera pirata. También necesitan una capacidad y aguante sobrehumanos para soportar los desprecios e histerias de las estrellas del espectáculo. Y es que no todos los músicos consideran que los técnicos puedan acogerse a la Declaración Universal De Los Derechos Humanos. Las estrellas, mal aconsejadas muchas veces, juzgan que no pueden juntarse con ralea de semejante calibre y, por consiguiente, los malos tratos y la violencia doméstica hacen su aparición con mas frecuencia de la deseable. Un buen consejo que damos desde aquí a todo aquel que haga de tener una guitarra en sus manos su profesión: acérquense, al menos con curiosidad científica, a estos encantadores ejemplares de humanos mutantes y descubrirán un mundo insólito, y hasta puede que hagan buenos amigos. Traten bien a sus técnicos y serán más felices, queridas estrellas del Rock. Además, desde el momento en el que conviven más con los técnicos, los músicos aprenden nuevas palabras, nuevos juegos, nuevos métodos de animalización; y alguno hasta aprende a tocar su instrumento decentemente siguiendo sus consejos. Por que se da el caso de que muchos de estos subordinados pegan el salto y pasan a ser ellos mismos estrellas del Rock, así que cuidadito, cuidadito como tratamos a los técnicos, caramba. A veces, es verdad que sus neuronas han quedado liofilizadas por el costo culero, pero en el fondo, muy en el fondo, tienen buenas intenciones......"

Libro: ¿Hay vida inteligente en el Rock and Roll?